La terapia de familia aborda los problemas que la gente presenta en el contexto de sus relaciones con personas significativas en sus vidas y en su red social primaria. Se trata de un reconocido enfoque psicoterapéutico dirigido principalmente al sistema familiar como unidad social.
La terapia familiar es una disciplina terapéutica que aborda la intervención y el tratamiento de la familia en su conjunto.
En ocasiones el psicólogo puede elegir y proponer a la familia alternar sesiones con todos los miembros, o con sólo unos miembros (o inclusive individuales), sin perder por ello la visión integral de todo el sistema familiar en su conjunto.
La terapia familiar está especialmente indicada cuando el objetivo es mejorar la capacidad de los miembros de la familia para apoyarse mutuamente. Posibilitar que los miembros de la familia puedan usar más eficientemente sus recursos de apoyo puede ser vital para ayudarles a gestionar las fases de transición del desarrollo familiar o los acontecimientos vitales estresantes tales como una enfermedad grave o el fallecimiento de uno de sus miembros.
En general, cualquier situación o problema que afecte a las relaciones entre los miembros de la familia, su funcionamiento y su rol de apoyo, puede beneficiarse de la terapia familiar. Involucrar a otros miembros de la familia de un individuo o de su red social en el tratamiento puede ayudar a evitar la patologización de ese individuo y también a abordar el problema de manera más eficaz.
Es importante saber que la terapia familiar no implica que obligatoriamente tenga que acudir a consulta toda la familia, ya que no siempre resulta necesaria la implicación de todo el grupo familiar. De esta forma, la terapia familiar se centra principalmente en aquellos miembros de la familia que son más susceptibles al cambio o que más ganas tienen de cambiar la situación.