Los informes psicológicos tienen diferentes objetivos, entre los que destacan la orientación académico-profesional, el apoyo para otros profesionales (profesores, psiquiatras, médicos, neurólogos, pediatras, etc.), ayudar al diagnóstico diferencial, diseñar y planificar una rehabilitación neuropsicológica y las acciones a realizar desde un punto de vista psicológico y terapéutico, o simplemente con el objetivo de conocer determinados aspectos de la persona como rasgos de personalidad, capacidades cognitivas, y aptitudinales.
Existen informes psicológicos de carácter más general, mientras que otros de ellos requieren de evaluaciones más específicas y especializadas como los informes psicológico-periciales o los informes neuropsicológicos, que se realizan con el objeto de llevar a cabo una acción judicial y/o administrativa. O bien, elaborar un plan individualizado de rehabilitación neuropsicológica. Este tipo de informes, han de ser realizados por profesionales con una suficiente experiencia y especialización en psicología legal y forense y en neuropsicología, para poder obtener los mejores resultados posibles.
De este modo, una evaluación psicológica es una evaluación efectuada por un psicólogo, siendo esta el equivalente psicológico del examen físico.
Para realizar un informe psicológico, el proceso se divide en tres fases diferenciadas:
El informe psicológico puede abarcar diferentes áreas: